El proceso de justificar la validez del conocimiento, sus alcances y límites tiene como actor al sujeto cognoscente y el
objeto del conocimiento es el llamado "mundo real". A efectos del realismo
crítico de Lonergan, existe una relación esencial en una serie de operaciones:
experimentar, entender y juzgar, a través de las cuales un sujeto conoce un
objeto. Para Yurén(1994) al referirse al enfoque Lonergariano "el conocimiento
humano comienza en la experiencia sensible, pasa por la imaginación, se
convierte en el chispazo (insight) de la intelección, que prosigue a la
formación de conceptos, que a su vez estimulan la reflexión, exigencia
consciente de racionalidad para afirmar si algo es o no es". Si el mundo que
conocemos es, efectivamente, real, pero está mediado por la significación y por
lo tanto no se encuentra en la experiencia inmediata de cualquier hombre, la
posibilidad de representar desde la abstracción de las realidades se hace
evidente.
Modelo tiene como sinónimos: tipo, prototipo, ejemplar,
arquetipo, ideal, molde, padrón, patrón, original, muestra, maqueta, ejemplo,
entre otros. Subyace en todas estas denominaciones el sentido de la
representación y la ejemplificación. Como se analizará más adelante, predomina
el enfoque newtoniano propio de la perspectiva racional.
Desde la connotación estética ("Ejemplar o forma que se
sigue en la ejecución de una obra", "Representación en pequeño", " Figura previa
que luego se ha de reproducir"), hasta la humanística ("Los modelos son a las
Ciencias Humanas, a las filosóficas y a las teológicas, más o menos lo que las
matemáticas son a las ciencias naturales. No pretenden ser una descripción de la
realidad, ni hipótesis acerca de la realidad, sino simplemente conjuntos
engranados de términos y relaciones útiles para guiar las investigaciones, para
formar hipótesis y hacer descripciones. Su utilidad se hace patente cuando se
trata de describir una realidad conocida.") los modelos han sido aplicados en
las diversas ramas y especialidades de las ciencias y sus multivariadas
líneas.
Considerando las anteriores reflexiones, e integrando
algunas afirmaciones propuestas y discutidas, el concepto de modelo propuesto se
explica como una aproximación a la realidad, basada en la abstracción, mediante
la cual se representa parcialmente el objeto de interés cognoscitivo. Sobre
dicha abstracción pueden aplicar los procesos sintéticos, analíticos,
inductivos, deductivos, predictivos e, incluso, procesos ligados a la
parainteligencia tales como la intuición. Con dicho constructo logrado se puede
describir, explicar o predecir los fenómenos del mundo real tangible e
intangible y su nivel o grado de abstracción estará fundamentado en la capacidad
y amplitud del modelador en cuanto a su potencial experimentador, de comprensión
y de juicio.
Racionalidades y Tipologías de Modelos
Tras cada clasificación y categorización existe
un conjunto de criterios, referencias y juicios que la condicionan objetiva o
subjetivamente, de manera que la clasificación o tipificación de los modelos
responde, inequívocamente, a la racionalidad predominante en quien o quienes lo
proponen. Como detalle cabe analizar la tipificación propuesta según la cual los
modelos se clasifican según su función, estructura, referencia temporal,
referencia por incertidumbre y generalidad. Los tres primeros criterios son,
inequívocamente, provenientes de la perspectiva racional positivista. El
concepto de incertidumbre puede aproximarse a una perspectiva más intuitiva, tal
como la expuesta en el modelo de Weick (1976) y el concepto de generalidad es
simplemente utilitarista.
El establecimiento de una clasificación de acuerdo con el
paradigma científico, permite diferenciar la orientación positivista basada en
la existencia de una realidad totalmente acabada y plenamente externa y objetiva
de absoluta certeza y verdad incuestionable. Desde Locke, Hume, J.S. Mill,
Comte, se ha establecido como principio de verificación que una proposición o
enunciado tiene significado sólo si es verificable en la experiencia y la
observación. En síntesis las reglas del saber científico y por ende la base de
construcción de modelos son: la objetividad del conocimiento, el determinismo de
los fenómenos, la experiencia sensible como fuente del saber y su posibilidad de
verificación, y la lógica formal como garantía de un procedimiento correcto. El
paradigma científico postpositivista, gestado en las obras de Dilthey, Wundt,
Brentano, Max Weber, Hanson, Kuhn, Poper y otros, comienza por afirmar que el
principio de verificación positivista es autocontradictorio, ya que él mismo es
inverificable y es de naturaleza metafísica o filosófica. Afirma, además, la
insostenibilidad del principio de causalidad tomando como punto de partida la
física para derramar hacia otras áreas del conocimiento que necesitasen de dicho
instrumento explicativo. La orientación postpositivista efectúa un rescate del
sujeto y de su importancia, de manera tal que la mente construye la percepción o
el objeto conocido, moldeando la materia amorfa que le proporcionan los sentidos
por medio de formas propias o categorías, como si le inyectara sus propias leyes
a la materia, de manera tal que la observación no sería pura e inmaculada (como
si fuese percibida por el ojo de Dios) sino que implicaría una inserción de lo
observado en un marco referencial que le daría el sentido.
A la luz de la diferenciación en los paradigmas
científicos, estarían en la tendencia positivista, los modelos determinísticos,
probabilísticos y de simulación como tipos clásicos de las ciencias exactas.
Como ejemplos están los modelos económicos estáticos, los modelos de física
newtoniana (modelos determinísticos), los modelos de precipitación y escorrentía
de la hidrología y los modelos estocásticos (probabilísticos), los modelos de
sistemas servoasistidos y de control, los modelos de evapotranspiración
potencial (simulación). Para el paradigma postpositivista los modelos
gestálticos, cuánticos, fractales y, en general, cualitativos (investigación
acción, etnográfico, perspectivista, etc.) se apoyan en una concepción
fenomenológica para construir sus modelos.
Elementos para la Construcción de un Modelo
En el diseño de un modelo racional predomina el criterio de causalidad propio del método científico, de manera tal que el
tránsito necesario para su resolución parte del reconocimiento de síntomas,
diagnóstico y posteriormente tratamiento. En este sentido se propone como punto
de partida el reconocimiento del problema, para luego aplicar una técnica o
conjunto de ellas que conduzcan a soluciones. En este devenir ha de transitarse
por la identificación de constantes, parámetros y variables asociados al
problema, luego se jerarquizan y escogen las más significativas (controlables y
no controlables), se establecen relaciones entre dichas variables y con esta
base se llega a construir un modelo combinando las relaciones en un sistema
simbólico. Este momentum determina la orientación del modelo por su función,
estructura, referencias o generalidad. Con el modelo producido, su aplicación en
el mundo real y su revisión, completan el ciclo de construcción.
Para las ciencias sociales, la construcción de modelos
está medularmente ligada a los paradigmas de la ciencia y a sus tendencias, En
este sentido se evidencia la confrontación entre la ciencia social subjetiva y
la objetiva, entre la sociología del cambio radical y la sociología reguladora,
dando origen a enfoques paradigmáticos humanista-radicales, interpretativos,
funcionalistas y estructuralistas radicales.
Los modelos relacionados con el paradigma post-positivista
se asocian a la experiencia subjetiva, y por lo tanto predomina en ellos la
casualidad, de manera tal que en lugar del "por qué", predomina el "para qué",
acepta la independencia entre objetivos y contenidos, no separa contexto de
contenido, es permeable a los contenidos ideosincráticos y su evaluación está
integrada y referida al contexto. Por su orientación fenomenológica está
relacionado, en sistemas sociales, a la acción humana (decir, hacer, sentir), a
las maneras (cómo lo dice, cómo lo hace) y a los cambios de estado.
Los Modelos Gerenciales y las Organizaciones
Una característica determinante
de las organizaciones es su naturaleza social y de intercambio con su medio
("arreglo de recursos humanos financieros y técnicos", " sistema socio-técnico",
"realidades conversacionales"). En consecuencia la concepción de unos modelos
aplicable a organizaciones debe considerar las condicionantes ligadas al
carácter variable e impredecible de los sistemas humanos. A tales efectos las
primeras aplicaciones provenientes de la perspectiva racional y agrupables en la
teoría clásica intentaron una explicación mecanicista de sus modelos y
propusieron un enfoque determinista a los modelos gerenciales. Su evolución dio
paso a enfoques más integrales como la Teoría de sistemas, la teoría de la
incertidumbre, el enfoque estratégico entre otros. Cada uno de estos modelos
aportó y recibió influencias de la perspectiva humanista intuitiva que,
evidenciada en la teoría de las relaciones humanas en sus primeros instares, ha
dado paso a enfoques de la cultura organizacional, el clima organizacional, y
otras.
Desde una posición convergente o de integración de las
teorías racional o humanista intuitiva, puede concebirse que los modernos
enfoques de los modelos organizacionales y gerenciales han incorporado la
perspectiva social de la realidad que intentan describir, e inclusive algunos de
ellos han sido permeables a los enfoques cualitativos, a la teoría del caos, a
los enfoques fractales, a la concepción cuántica de los cambios y a
planteamientos generales de la postmodernidad. Sin embargo, tal como lo expresa
Martínez (1991) " A menos de una década de la entrada en el Siglo XXI, muchos
sectores de nuestra ciencia todavía no han entrado ni siquiera en el Siglo XX.
En efecto, ignoran, en la práctica, el contenido y las implicaciones para todas
las ciencias, de la Teoría de la Relatividad de Einstein, el principio de
indeterminación o incertidumbre de Heisenberg, de la mecánica cuántica de Max
Planck..... Los conceptos "absolutos" del siglo pasado sobre conocimiento,
ciencia, verdad y método, siguen viviendo en la mente de muchos científicos como
si la revolución de la física, y por derivación, en muchas otras ciencias, nunca
se hubiese dado".
Las últimas décadas del siglo XX han visto surgir
interesantes y potentes propuestas de modelos organizacionales y gerenciales Los
modelos normativos han dado paso a enfoques de planificación estratégica
corporativa y situacional, y esta a su vez ha desarrollado orientaciones hacia
el pensamiento y la reflexión estratégica. Según Rosales (1996) los modelos
gerenciales han evolucionado desde un modelo de productividad, a partir de 1760
con el surgimiento del capitalismo, hasta modelos más avanzados motorizados por
la intensividad de la competitividad, donde se pueden evidenciar evolutivamente:
calidad, flexibilidad, agilidad y, posiblemente, asociatividad. Otros modelos
han orientado su enfoque de gestión hacia la prospectiva, la comunicación y la
creatividad. Desde una perspectiva más holística cabe resaltar la propuesta de
Peter Senge sobre las organizaciones inteligentes, expresada en su libro "La
quinta disciplina" a través del cual propone como prácticas diferenciadoras para
las modernas y exitosas empresas: el pensamiento sistémico, el dominio personal,
los modelos mentales, la construcción de una visión compartida y el aprendizaje
en equipo. En la misma tendencia las propuestas de Covey y las expresadas por
Kao (1997) en su libro "Jamming" apuntan hacia el fomento de hábitos creativos y
flexibles para organizaciones competitivas, en contextos de incertidumbre y
presión ambiental.
Kiernan (1996) en "sus mandamientos" ofrece, posiblemente,
la más consistente propuesta postmodernista que se haya internacionalizado en
círculos intelectuales y empresariales. La "antorcha" que pasa de la estabilidad
a la discontinuidad, de la rigidez a la virtualidad, de la racionalidad a la
creatividad e intuición, de la certeza a la tolerancia, de la reactividad a la
proactividad, de la ventaja competitiva a la ventaja cooperativa, está
anunciando una racionalidad y comprensión enriquecida de las organizaciones del
presente y del futuro.
En cuanto al postpositivismo, la exitosa publicación
"Leadership and the new science: Learning about organization from a orederly
universe", Margareth Whetley (1994) aborda esta temática desde la afirmación
según la cual, aun se conciben organizaciones newtonianas en una era cuántica, y
los conceptos de espacio, cambio estabilidad y renovación son repensados a la
luz de la teoría del caos. Otro enfoque interesante está en las propuestas de Mc
Whinter y su modelo fractal para el análisis de las estructuras organizacionales
desde la realidad de sus comunicaciones, para el cual se apoya en los conceptos
de estructura superficial y profunda del lenguaje de Chomski, para proponer un
modelo de precisión que transita desde la abstracción hacia la síntesis,
obteniendo como resultado final una direccionalidad expresable en objetivos.
Aporte: Humberto Mesa
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