La misión
La misión implica
describir en qué negocio se encuentra realmente la institución o
empresa, la actividad primordial a la que se dedica. No se trata
solamente del dinero sino de encontrar la razón de ser.
En la teorización
sobre el tema hay dos corrientes de pensamiento, una se conforma con una
simple descripción del tipo de actividad que la empresa realiza y la
otra exige una respuesta mucho más amplia, que incluya el compromiso
social. Los fines de una empresa no solamente son obtener ganancias, si
bien es cierto la rentabilidad es una parte importante, sino que la
empresa es un actor social y llega a constituirse en un patrimonio de
esa sociedad. En ese sentido la empresa se trasciende pues su alrededor
existen un grupo de personas (empleados, compradores, etc.)relacionadas y
hasta involucradas con ella. Una empresa no puede ser tan irresponsable
de cerrar sus puertas o trasladarse de país una vez que ha alcanzado
sus metas económicas. Actitudes como estas solo generan nuevos problemas
sociales. En la misión debe quedar claro cuáles son los compromisos
sociales de la empresa con la sociedad, así como los valores y
principios que la guían.
Con la primera
corriente de pensamiento, se puede definir la misión como el producto o
servicio que se vende, pero es necesario dar un salto y pasarse al plano
conceptual para poder reaccionar a los cambios del ambiente. Por
ejemplo, una empresa define como su misión la venta de taladros para
poner clavos en las paredes pero en un momento dado aparece un aparato
que, sin necesidad de romper la pared, permite colocar una pecha que
además soporta mucho más peso que un clavo. ¿Cómo reacciona la empresa de acuerdo a su misión? Queda fuera del negocio?.
Si en cambio hubiese definido su misión como la satisfacción de la
necesidad de colocar cosas en las paredes, hubiese podido adaptarse al
cambio y haber vendido también los taladros y los clavos.
Entonces se puede
definir como misión la venta de televisores o el hacer llegar a los
hogares los mejores aparatos audiovisuales para la diversión, se puede
vender software para redes o soluciones electrónicas de comunicación.
Cuando se tiene
claro cuál es la razón de ser del negocio, es más fácil reaccionar y
adaptarse rápidamente a los cambios del ambiente. Por ejemplo, muchas
empresas que se definían como fabricantes de equipos de vídeo, no
quisieron darse cuenta de que la tecnología producía transistores y
luego circuitos integrados y siguieron fabricando tubos al vacío. Por
supuesto existen casos de empresas que lograron adaptarse de alguna
manera como la que empezó a vender su producto a los hospitales cuyos
equipos todavía los utilizan, pero no todas logran abrirse nuevos nichos
de mercado para productos viejos. No obstante esta empresa debe revisar
su misión, si esta es fabricar tubos al vacío no tendrá mucho futuro
pero si la definen como proveer respuestos para equipo de hospitales,
tendrá un mercado seguro a pesar de los cambios tecnológicos.
Los cambios
tecnológicos siempre representan dificultades cuando no se tiene clara
la misión. Por ejemplo existe una empresa que vende jugos enlatados,
pero ante la introducción el tetra-brik empieza a perder espacios entre
los consumidores, especialmente las madres, los jóvenes y los niños. La
empresa sin embargo no está en capacidad de adquirir la nueva tecnología
y decide seguir vendiendo jugos enlatados, ¿tendrá otra oportunidad?,
existe un pequeño grupo de mercado cuando se trata de jugos para
preparar bebidas, esa es una opción. Pero esta historia tiene dos
partes, pues la empresa de jugos está integrada verticalmente con la
empresa fabricante de latas que ahora enfrenta el problema de la baja en
la demanda, sin embargo, la misión de esta empresa no es producir latas
para jugos sino envases de latón para alimentos y esto le permite
ampliar su línea hacia las salsas, los vegetales, los frijoles, el atún y
muchos otros productos. El éxito de esta empresa puede hasta
subvencionar a la fabricante de jugos, pero igualmente existe la
posibilidad de que algún día los envases de latón se vuelvan obsoletos y
la empresa debe adaptarse.
La visión y los valores
Los valores
determinan la rectitud de los objetivos, sin ellos se puede generar una
visión inmoral y poco ética, los valores protegen contra los errores.
Pero, aunque son primordiales para lograr los objetivos, los valores no
señalan el camino, solo una visión de futuro puede hacerlo.
Liderazgo, apoyo y
comunidad, amplitud y detalle, positivo y alentador. Cuando se combinan
estos elementos se tiene el terreno preparado, el poder en las manos
para determinar el destino.
Los ingredientes de una visión de futuro
Primero debe
quedar claro que una visión no se constituye nunca en cifras. Las cifras
son siempre una consecuencia de haber logrado los objetivos propuestos.
Una visión de futuro está compuesta por los siguientes ingredientes
claves:
- Una visión debe ser formulada por líderes, no puede ser formulada por las masas. Los buenos líderes hablan y escuchan a su pueblo y con ellos exploran el mundo y determinan las inquietudes y necesidades, pero es responsabilidad del líder y no de los segundos, el incorporar los diversos elementos y formular una visión de futuro diferente y convincente.
- La visión de futuro formulada por los líderes debe ser compartida por el equipo y éste debe estar de acuerdo en darle apoyo. Este respaldo genera un sentido de dirección y una vez que existe un acuerdo sobre la dirección a tomar, el proceso de toma de decisiones mejora de manear significativa. Solo si la comunidad actúa de forma conjunta, la visión de futuro se hace realidad.
- Para que una visión de futuro sea exitosa debe ser ampliada y detallada. Las generalidades no bastan, se debe saber cómo cuándo y porqué de manera precisa de manera que cada miembro del equipo encuentre su lugar trascendental en la construcción de la visión conjunta.
- La visión de futuro debe ser positiva y alentadora, debe tener alcance y convertirse en impulso y desafío para crecer más allá de lo planteado. Una visión de futuro debe justificar el esfuerzo, Al crear la visión es mejor pecar de grandioso que quedarse demasiado corto.
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