martes, 20 de marzo de 2012

Gerencia y Liderazgo en el nuevo milenio 5.7

Modernidad y Postmodernidad
 
El término posmodernismo o posmodernidad designa generalmente un amplio número de movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos del siglo XX, definidos en diverso grado y manera por su oposición o superación del moderno. En sociología en cambio, los términos posmoderno y posmodernización se refieren al proceso cultural observado en muchos países en las últimas dos décadas, identificado a principios de los 70, esta otra acepción de la palabra se explica bajo el término posmaterialismo.
Las diferentes corrientes del movimiento posmoderno aparecieron durante la segunda mitad del siglo XX. Aunque se aplica a corrientes muy diversas, todas ellas comparten la idea de que el proyecto modernista fracasó en su intento de renovación radical de las formas tradicionales del arte y la cultura, el pensamiento y la vida social.
Uno de los mayores problemas a la hora de tratar este tema resulta justamente en llegar a un concepto o definición precisa de lo que es la posmodernidad. La dificultad en esta tarea resulta de diversos factores, entre los cuales los principales inconvenientes son la actualidad, y por lo tanto la escasez e imprecisión de los datos a analizar. Como también la falta de un marco teórico válido para poder analizar extensivamente todos los hechos que se van dando a lo largo de este complejo proceso que se llama posmodernismo. Pero el principal obstáculo proviene justamente del mismo proceso que se quiere definir, porque es eso precisamente lo que falta en esta era: un sistema, una totalidad, un orden, una unidad, en definitiva coherencia.
Se suele dividir a la posmodernidad en tres sectores, dependiendo de su área de influencia. Como un periodo histórico, como una actitud filosófica, o como un movimiento artístico. Histórica, ideológica y metodológicamente diversos, comparten sin embargo un parecido de familia centrado en la idea de que la renovación radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsada por el proyecto modernista, fracasó en su intento de lograr la emancipación de la humanidad, y de que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales. Frente al compromiso riguroso con la innovación, el progreso y la crítica de las vanguardias artísticas, intelectuales y sociales, al que considera una forma refinada de teología autoritaria, el posmodernismo defiende la hibridación, la cultura popular, el descentramiento de la autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante los grandes relatos.

Post modernidad

1. Introducción: ¿Ha dejado de ser moderna nuestra era?
2. ¿Qué entendemos por modernidad?
3. ¿Cuáles son las características esenciales de la post modernidad?
4. ¿Y la “desconstrucción” de la modernidad en los países hispanoamericanos?
5. ¿Cuáles son las consecuencias de la post modernidad?
6. Conclusión

7. Notas

Introducción: ¿Ha dejado de ser moderna nuestra era?
Hace dos años, las señales del calendario nos indicaron que íbamos llegando a las puertas de un nuevo milenio. Pero los acontecimientos nos revelaron que ya habíamos entrado en él. ¡Tan acelerada es la velocidad de nuestro tiempo! Mirábamos hacia atrás y nos percatábamos de que ya íbamos transitando en una época diferente al Siglo XX. El avance de la tecnología revelaba que, en los países desarrollados, el tiempo había cambiado. La historia de la humanidad informaba que, en el último cuarto de ese siglo, se habían suscitado transformaciones mayores que en toda la historia del género humano. ¿Para bien o para mal...?
Los analistas, como testigos de esos cambios, han tomado partido en el debate de las opiniones: ¡No terminan de ponerse de acuerdo! Para unos, se trata del fin de la modernidad. Para otros, de una anti modernidad; para otros más, de una modernidad diferente a la imperante desde los siglos XIII y XV. En lo que sí están seguros es que, mientras dura la discusión, el mundo sigue desarrollando una nueva imagen: Ya no es la imagen ostentada en la modernidad. En los países desarrollados, nuestra era ha dejado de ser moderna. Sin embargo, en los países de las pequeñas economías, calificados con el eufemismo de “países en desarrollo” aun con las persistentes recesiones, tal vez nunca lo han sido totalmente.
¿Qué entendemos por modernidad?
La época que, en Europa, sucedió a la Edad Media. En los países desarrollados, la modernidad entró prácticamente en la historia cuando Europa salió de esa era. La modernidad es originaria de una época envejecida en el transcurso de la Historia. Como concepto, tiene sus orígenes en los escritos del escritor latino Flavio Magno Aurelio Casiodoro (años 480-570 ó 575) Este escritor fue el primero en emplear la palabra modernus de modus en el sentido de lo que ha acontecido recientemente. Del latín fue tomada la palabra con la traducción de ‘moderno’ y con el sentido de ‘hace un momento, ahora mismo’ y, como adjetivo, con el significado de algo nuevo que entra en conflicto con lo antiguo.
De la palabra ‘moderno’ derivó la palabra ‘modernidad’. En el siglo X, la palabra había sido objeto de controversias en las polémicas filosóficas y religiosas. Eduardo Valenti Fiol, al referirse a los elogios y reproches, comenta que, “(...) implica que los moderni son espíritus abiertos y antirrutinarios, que gustan estar al corriente de los últimos descubrimientos o de las teorías más nuevas, o bien se sobrentiende en él un velado reproche de ligereza y de aquel amor a la novedad. (...)” (15:21)
Desde el siglo VI, existe conciencia de lo moderno como idea y, desde el siglo X, como fenómeno literario. Pero la modernidad, como fenómeno social, no apareció sino hasta algunos siglos después. Blas Matamoros dice que “ (...) la modernidad puede entenderse como un plexo de valores que se organiza a partir del Renacimiento <<entre los siglos XIII y XV>> y se refuerza con la Ilustración (en el siglo XVIII)” (10:24) Entre esos valores, se afianzó en la racionalidad y la libertad con base en la ciencia y la técnica construida por el ser humano. En Europa, durante la época del Renacimiento, se manifestó en una nueva estructura social con grandes cambios científicos, políticos y técnicos. Sin embargo, en el último cuarto del siglo XVIII, ya revelaba su decadencia y anunciaba su fin: Como causas de este fenómeno, se menciona a las revoluciones francesas, las ideas de los escritores franceses Juan Jacobo Rousseau, Francisco María Arouet (Voltaire) y Carlos de Secondat (Barón de Montesquieu), la racionalidad de los enciclopedistas y de quienes opinaron que la presencia de la razón, en la Historia, conducía a la revolución y a la transformación de las estructuras sociales. 
¿Qué es ese fenómeno llamado post modernidad?
La construcción de un mundo diferente al mundo donde amanecimos ayer. En los años recientes, el tema de la post modernidad ha sido divulgado en los países. Sin embargo, puede resultar interesante agregar otras reflexiones acerca de su esencia, de su geografía y de sus consecuencias en los países hispanoamericanos.
Al hablar de post modernidad, es necesario hacer referencia al prefijo ‘post’ con significado de posterioridad en el tiempo respecto de un acontecimiento. Es obvio que no puede haber post modernidad cuando no hay modernidad. Esta información, aparentemente baladí, adquiere importancia cuando se analiza la post modernidad para los países hispanoamericanos.
Para referir la post modernidad, Jean François Lyotard recurre a elementos inmateriales. Tomando en consideración esos elementos, dice: “Postmodernismo indica simplemente un estado de alma, o mejor un estado de espíritu. Podría decirse que se trata de un cambio en la relación con el problema del sentido: diría simplificando mucho, que lo moderno es la conciencia de la ausencia de valores en muchas actividades, si se quiere, lo que es nuevo sería el saber responder al problema del sentido.” (16:69) Con base en esa opinión, podría afirmarse que la post modernidad surge como un síntoma de la caducidad del funcionamiento legítimo de los fenómenos de la modernidad. Pero... ¿No puede suceder como una consecuencia de la transformación de las economías mundiales impulsadas por las naciones hegemónicas? No es una suposición.
En la historia de la humanidad, las naciones constituidas en centros con hegemonía han formulado las normas de comportamiento económico para las naciones ubicadas en las periferias tradicionales y consideradas actualmente como naciones de economías subalternas respecto de las naciones hegemónicas. Frederic Jameson, profesor de Literatura e Historia de la Conciencia en la Universidad de California, asoció la post modernidad con los fenómenos socioeconómicos surgidos en los años recientes: Dice que la post modernidad es un “concepto periodizador” que tiene como función relacionar los nuevos rasgos formales en la cultura con el nuevo tipo de vida social y el nuevo orden económico. A ese fenómeno se le ha llamado “modernización, sociedad post industrial o de consumo, sociedad de los medios de comunicación o capitalismo multinacional.” (7:167) Este autor se refiere al nuevo momento del capitalismo desde el boom en Estados Unidos de América en los finales de los años 40s y principios de los 50s y en Francia a partir de la quinta república en 1958.
La post modernidad tiene un carácter imperativo derivado de la revolución científico – tecnológica, la globalización de las comunicaciones y los mercados y la competición en los mismos basadas en el progreso técnico. Al encontrar el origen de la post modernidad en la economía mundial, algunos autores han visto una imposición del sistema financiero mundial. James Morgan, en el Financial Times, opinó que el post modernismo “está orquestado por el Grupo de los Siete, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio” en un sistema de gobierno indirecto que involucra la integración de lideres de países en desarrollo en la red de la nueva clase dominante.” (5:222) Algunos autores, basados en el acontecer científico y en el pensamiento filosófico, hacen observar que aún persisten los modelos y paradigmas de tiempos pasados. Con ese criterio, opinan que la llamada post modernidad no es más que modernidad. Fernando Mires opina que la “ciencia moderna es todavía cartesiana” aunque “Descartes se ha convertido en uno de los chivos expiatorios de la postmodernidad; (11:165) (...) Que la física de Isaac Newton, en muchos aspectos, está todavía vigente.” (11:166)
Ante la controversia respecto de la legitimidad de la post modernidad, algunos autores creen que sería más apropiado hablar de “meta – modernidad” o de “trans – modernidad” Consideran que la llamada post modernidad trasciende más que sustituye a la modernidad. Sin embargo, el concepto de la post modernidad conduce a un nuevo orden económico: La economía mundial, el sistema transnacional de producción de bienes y servicios que trasciende el sistema característico del capitalismo moderno traído desde la época de la revolución industrial.
¿Hubo una anticipación de la post modernidad respecto del siglo XXI?
Hubo un atraso respecto del siglo XX. La post modernidad nace cuando muere el siglo. El nombre fue empleado sistemáticamente, por primera vez, en el año 1971 por Ihab Jassan aplicado a la literatura. De ahí irradió hacia el campo de las ciencias sociales, la Filosofía, la Semiología y la Arquitectura. Jean François Lyotard, al referir la condición post modernista dijo: “Designa el estado de la cultura después de las transformaciones que han afectado a las reglas de los juegos de la ciencia, de la literatura y de las artes a partir del fin del siglo XIX.” (8:7) Alejando Serrano Caldera, filósofo nicaragüense, dijo que la hipótesis de Lyotard consiste en que “el saber cambia de estatuto al mismo tiempo que las sociedades entran en la edad llamada postmoderna. Ese paso ha comenzado cuando menos desde fines de los años 50, que para Europa señalan el fin de la reconstrucción.” (14:188)
¿Cuáles son las características esenciales de la post modernidad?
El concepto de “desconstrucción” de Jacques Derrida constituye la clave. Algunos autores coinciden en la idea de la “desconstrucción” de los modelos y paradigmas de la modernidad. Unos se apoyan en bases filosóficas; otros se basan en posiciones de naturaleza económica. Hal Foster dice que “un postmodernismo resistente se interesa por una desconstrucción crítica de la tradición” Welmar, referido por Craig Owens, habla del “impulso general desconstructor”. La Post modernidad es un movimiento de “desconstrucción” y “desenmascaramiento” de la razón ilustrada como respuesta al proyecto modernista y su consiguiente fracaso. Considera que esa “desconstrucción” expresa: “a) un rechazo ontológico de la filosofía occidental, b) una obsesión epistemológica con los fragmentos y fracturas, y c) un compromiso ideológico con las minorías en política, sexo y lenguaje. (13:14 – 40) Georges Balandier ve el post modernismo como “un movimiento de desconstrucción, de puesta en piezas de la jerarquía de los conocimientos y de los valores, de todo lo que contribuye a una formación de sentido, de todo lo que ha sido construido en paradigma o en modelos.” (1:139)
Giani Vattimo Vigo también fundamenta su posición en el concepto de “desconstrucción”; pero no lo hace sobre bases de Filosofía sino de Economía; relaciona la post modernidad con el sistema económico – político. Para este autor, “La post modernidad no es sólo desconstrucción de los paradigmas de la modernidad, de la concepción moderna del mundo y de la sustitución del lenguaje moderno por el postmoderno, sino que es, aunque no lo propongan expresamente y aunque en algunos casos no lo mencionen los teóricos, la formación de un nuevo sistema de vida cultural y social; de una nueva forma de producción, la producción transnacional, de una nueva organización capitalista, el mercantilismo corporativo y de una nueva concepción; Estado Nación a través de la transnacionalización jurídico – institucional.” Si el criterio de la “desconstrucción es aceptado, se puede compartir la idea referente a que la caracterización de la postmodernidad parte de la “desconstrucción” de un modelo de mundo para construir otro modelo donde se opera el cambio de la organización de la economía mundial, de la vida social, de la ideología, de la política y, con ellas, la de la cultura y el arte.
La “desconstrucción” de los valores de la post modernidad implica, fundamentalmente, la creencia en la muerte de la razón, el afianzamiento del nihilismo y la sustentación de la teoría del fin de la Historia. Con esta teoría, se propone la caducidad de órdenes importantes de la vida de las naciones: El progreso, la política y las vanguardias literarias.
La muerte de la razón. Se anuncia cuando, en la post modernidad, se empieza a dudar de la razón y se inventa el concepto de “postracionalidad”; se hace observar cuando los post modernistas desconfían de la “razón instrumental” tomada, por la humanidad, como legado de la Ilustración. Al respecto, Josep Picó dice: “ Esta forma de razón afecta e invade toda la vida social y cultural, abarcando todas las estructuras económicas, jurídicas y administrativas, burocráticas y artísticas.” (12:189) Habermas, refiriendo a Weber, destaca que la modernidad cultural traería la <<separación de la razón sustantiva expresada en la religión y la metafísica en tres esferas autónomas>> que serían <<la ciencia, la moralidad y el arte>>; ya que el proyecto de modernidad formulado por los filósofos de la Ilustración consistía en sus esfuerzos por desarrollar la ciencia objetiva, la moralidad, las leyes universales y el arte autónomo de acuerdo con su lógica interna. (16:191)
La idea de la muerte de la Historia: Ha sido destacada en la teoría de Francis Fukuyama (un filósofo – funcionario público al servicio del Departamento de Estado de Estados Unidos de América en el Departamento de Política Exterior) Este funcionario toma algunos conceptos del filósofo Hegel; se basa en acontecimientos suscitados en Europa Oriental y plantea su tesis respecto de que “La historia ha concluido al llegar el espíritu al reino de la libertad y la necesidad, el que históricamente corresponde al Estado liberal y a la economía capitalista.” (14:187)
Los conceptos del fin de la Historia y la post modernidad han sido compaginados en un manual dogmático editado con signos ocultos por naciones patrocinadoras de la “transnacionalización”. Con respecto al tiempo pasado, como no es posible destruir esta categoría, los teóricos de la post modernidad recurren al silencio. En la actualidad, se cree que la Historia no se repite aunque, en los territorios ocupados actualmente por Mesoamérica, los mayas creían que los acontecimientos se repiten cíclicamente. Tal vez los sucesos no vuelvan a ser exactamente como acontecieron en el pasado; pero sus rasgos y sus elementos superviven y se proyectan hacia el futuro.
La teoría del fin de la Historia ha sido debatida por pensadores latinoamericanos. Al referirse a ella, Serrano Caldera cita a Leopoldo Zea con el texto donde este autor visualiza la secuencia de la Historia: “ (...) se ha iniciado una segunda etapa de la historia universal, la de la realización de la libertad como expresión propia del hombre sin rebajamientos que aplacen su posibilidad. No es así el fin de la historia, sino el auténtico inicio de la historia.” (19:208)
Una de las críticas post modernas acerca de la Historia, en opinión de Luis Brito García, puede tener tres significados: 1. Negación de una lógica en los procesos históricos. 2. Negación de la idea de progreso. 3. Doctrina del fin de la Historia con la tesis referente a que el cambio social y político se ha detenido. Si se afirma la negación del progreso, surge una reflexión: La post modernidad no constituye un progreso genuino de la humanidad en los países de economías subalternas respecto de las naciones con hegemonía. Por otra parte, los acontecimientos en varias regiones del mundo permiten negar el fin de la Historia. En todo el mundo, y de manera parcial en Latinoamérica, ha habido sucesos que se vienen transmitiendo a través del tiempo: Son acumulaciones históricas.
En oposición a la teoría del fin de la Historia, la misma da testimonio de la permanencia. Puede ser que el tipo de Historia oficializada por los gobiernos al servicio de la clase dominante haya entrado en un estado de crisis; pero la verdadera historia humana vivirá mientras exista el ser humano con la conciencia del transcurrir del tiempo. La teoría del fin de la Historia ha sido compaginada con la idea de la “desconstrucción” de los modelos y paradigmas de la modernidad:
Desde el punto de vista de la Filosofía. La post modernidad propicia el nihilismo. Francisco Umbral dice: “En lo que ha dejado de creer la post modernidad, precisamente, es en la especulación filosófica, o metafísica.” (15:179) También reprime la epistemología como base del conocimiento científico. Al respecto, Albretch Welmer opina que “el momento de la postmodernidad es una especie de explosión de la episteme moderna, explosión en la que la razón y su sujeto como guardián de la “unidad” y del “todo” saltaban hechos pedazos.” (18:18)
Desde el punto de vista de la comunicación: La post modernidad emite los mensajes de la muerte de las ideologías y de la lealtad a los valores existentes y la cotización de los mercados. Para la emisión de esos mensajes, propugna el relativismo para los códigos (excepto los del conocimiento computarizado), por la impersonalizada del emisor, por el aniquilamiento del destinatario al tener negado su estatuto como dueño de la razón, por la reducción del canal al no tener aptitud para transmitir los mensajes seleccionados.
Desde el punto de vista de la política: La post modernidad proclama el fin basada en un supuesto: El agotamiento de la ideología. Con esa visión, concibe la idea de la agonía del Estado y de la política. Pero... aquí surge otra contradicción: No obstante la tesis de la “agonía de los Estados” la post modernidad aboga por un Estado: El Estado liberal, disfrazado de neo liberal, que agonizó en el siglo XIX.
Desde el punto de vista del arte: La post modernidad señala el fin de las vanguardias basada en los criterios respecto de la estética: Rechazo de la función crítica del arte. Intenta neutralizar la canalización de la expresión del pensamiento filosófico y científico a través del arte; rechaza los valores de funcionalidad, racionalidad y austeridad con base en la separación de la razón en el arte. En el contexto de esas acciones, surge otra contradicción: Mientras el arte, la literatura, el cine y el lenguaje son víctimas de la “desconstrucción”, la realidad conduce a formas históricas que, en vez de fragmentarse, se agrupan en modelos de globalización construidos en los centros hegemónicos en el mundo.
¿Y la “desconstrucción” de la modernidad en los países hispanoamericanos?
La teoría de la “desconstrucción” es la clave. Pero, si el concepto es aplicado a Latinoamérica, la post modernidad ocasiona dudas para su aceptación. No se puede “desconstruir” lo que no ha sido construido totalmente. Tampoco se puede “desconstruir” lo que ya fue derribado. Para asumir que hay “desconstrucción” es necesario reconocer que los modelos y los paradigmas de la modernidad están construidos con los criterios imperantes en los países donde la modernidad ha alcanzado su máximo desarrollo. Este no es el caso general de Hispanoamérica.
En la región hispanoamericana, la modernidad sólo está instalada de acuerdo con los modelos impuestos por los españoles del descubrimiento y la conquista de las regiones conocidas actualmente como la América Hispana. Para los objetivos de los conquistadores, era necesario asumir que la civilización importada desde España vendría a modernizar a los pueblos descendientes, en muchos casos, de las altas civilizaciones como es el caso de la civilización maya en Mesoamérica considerados, por ellos -¡Qué paradoja!- como tribus bárbaras. Para satisfacer los intereses de la metrópoli, materializados en “oro, gloria y evangelio”, las hordas de soldados invasores y el séquito de clérigos medievales, modernizados al estilo europeo, tuvieron necesidad de desconocer los avances culturales de los pueblos conquistados. Con ese criterio, los modelos de explotación de la agricultura, de la minería y de la construcción de templos y mansiones para los conquistadores constituyeron trasplantes de la Edad Media feudal con un agravante: La relación de producción de bienes y servicios no fue establecida entre un Señor Feudal y sus vasallos o Siervos de la Gleba sino entre un conquistador y sus esclavos. ¿Con qué autoridad puede llamarse modernidad a este sistema?
Algún tiempo después de la conquista española, los movimientos independentistas siguieron el modelo colonial: Los nuevos Estado – naciones fueron organizados como fuentes de productos para el comercio con las potencias coloniales anexadas a la modernidad. En esas condiciones, la racionalidad, la universalidad y el progreso, propios de la modernidad estuvieron al servicio de la metrópoli colonial. Ante esa situación, si se acepta la existencia de la modernidad, sólo se puede hablar de la imitación de una modernidad. Los modelos coloniales todavía no han sido “desconstruidos” totalmente. Pero tampoco ha sido subsanada la fractura de la sociedad colonial que dio paso a los Estado – naciones latinoamericanos.
En la actualidad, en muchos países de la región hispanoamericana, la modernidad todavía no ha devenido al nivel de los países industrializados. La Historia de Hispanoamérica revela procesos de modernización sin culminar en sociedades modernas. Los progresos sociales han sido muy escasos: Grandes estratos de la población tienen una calidad de vida inferior a la que tenían antes en oposición a una minoría social que incrementa sus niveles de vida: La distribución del ingreso es injusta. La pobreza aumenta. El estrato medio de la sociedad cae en la pauperización y el estrato de menores ingresos desciende a los niveles de la pobreza extrema.
En algunos países de Hispanoamérica, el sector agrícola todavía tiene subsectores con características feudales: Mantiene empresas que, aunque operan en un modo de producción capitalista, todavía conservan terratenientes con una versión de Señor Feudal arrastrada desde la Edad Media hasta la actualidad. En gran parte, el sector industrial no se ha modernizado para satisfacer los requerimientos de los mercados externos: Permanece en un estado de industria incipiente o con características de industria de envase. No tiene posibilidad de dar lugar a la industria pesada: Todo lo dicho anteriormente, acontece no obstante la riqueza de recursos naturales de los países. Con un avance hacia la post modernidad, algunos países de las pequeñas economías han importado la industria de maquila “transnacionalizada” motivada por la baratura de la mano de obra nacional. El sector comercio está fundamentado en la exportación de productos primarios y de materias primas producidas por el monocultivismo o cuasi monocultivismo (cultivos de pocos productos) En algunos países, apenas empieza la exportación de productos no tradicionales.
En las condiciones en que se encuentran los países hispanoamericanos, con las fisuras del sistema social actual, no se puede aspirar a una post modernidad genuina. Dentro del modelo de post modernidad global, los países de economías subalternas, ubicados en la periferia de los centros hegemónicos, sólo pueden ser el objeto de la post modernidad; pero no, los sujetos. Parece ser que la categoría de sujeto sólo está reservada para los países constituyentes de centros hegemónicos. En esas condiciones, también pareciera ser que el nihilismo de la post modernidad contaminara a los pensadores de la modernidad y que eliminara la fe en una post modernidad genuina. Al respecto, Luis Brito García dice: “La única postmodernidad latinoamericana posible sería la de ejercer su propia crítica de la modernidad, creando una versión autónoma y viable de la misma, equidistante de la imitación dependiente y del mero rechazo ciego que, en definitiva está condenado a la derrota.” (3:214)
 ¿Cuáles son las consecuencias de la post modernidad?
La evolución de la corriente modernista. Ningún ser humano puede impedir el transcurso del tiempo real: Aun cuando sostenga la tesis de categoría inventada. Con apoyo a esta idea, puede afirmarse que todas las corrientes sociales, técnicas o literarias se asemejan con los seres vivientes: Nacen, crecen, se desarrollan declinan y mueren; constituyen el sujeto reflexivo que actúa en el tiempo. Dentro de la categoría de corriente, la modernidad no puede constituir una excepción.
En el devenir histórico, resulta prevista la venida de un ‘post’. Que a este ‘post’ se le identifique con un nombre es solamente un acto de distinción dentro del conglomerado de eventos de la nueva era: No constituye el fundamento de un fenómeno. Lo principal es la esencia de la post modernidad.
La repercusión en distintos campos. La post modernidad repercute en el Humanismo en sus campos fundamentales: En la Filosofía, en la Literatura y en las otras manifestaciones de la Estética. Además, en la política.
En la Filosofía: El nihilismo orgánico, la muerte de la razón, la aniquilación del sujeto y el fin de la Historia. En un aspecto particular, los críticos han observado la afección de distintas categorías. El filósofo nicaragüense Alejandro Serrano Caldera, al comentar la tesis de la “desconstrucción” de modelos y paradigmas de la modernidad, se ha referido a la orfandad de categorías. Al respecto, dice: “No cabe duda que la desconstrucción es uno de los conceptos claves del pensamiento posmoderno y en su progresiva disolución nos deja en la total orfandad de categorías legitimadoras del saber, la verdad, el espíritu, la libertad. Es la abolición de los relatos y el fin de la historia como narración, como sujeto y como acontecer.” (14:191)
Otro aspecto es el afianzamiento del nihilismo: Se concreta cuando la post modernidad propicia la negación de toda creencia; revive un sistema del siglo XX con su finalidad de destruir las estructuras sociales de la modernidad. Al referirse a la post modernidad, Francisco Umbral dice: “En lo que ha dejado de creer la postmodernidad, precisamente, es en la especulación filosófica o metafísica.” (15:179) Por otro lado, se pierde los valores propugnados en épocas anteriores: El concepto de libertad, desde que el individuo es identificado (no como ser humano) con un número dentro de la masa social; el de identidad, cuando el sujeto es “standarizado”.
En la estética: El rechazo de la nacionalidad y la funcionalidad del arte, el rechazo a la función crítica de las artes. En relación con la literatura, los seguidores del post modernismo han sustentado un criterio determinista: A una situación determinada corresponde una literatura determinada acorde con el tiempo en que se produce. En la situación modernista, han visto factores negativos: La incertidumbre, el escepticismo, la disminución, la discontinuidad, la fragmentación, la crisis. Ante esa situación, han propuesto el concepto de “literatura desasosegada” y la reanudación del género histórico. Como es obvio pensar en términos de modernidad, no es el renacimiento del género histórico del siglo XIX. La nueva narrativa, basada en las formas del pastiche y el collage, propugna las narraciones de relatos autobiográficos, a veces, construidos con ironía e intención de diversión, con personajes sumidos en la inquietud y los problemas frente al mundo.
En resumen, la post modernidad propicia las novelas irónicas con temas cotidianos de tiempos recién pasados. Para abordar el tema histórico, se basa en la técnica narrativa de deformar la realidad para presentar una historia en esperpentos o, al menos, deformada que satisface los intereses extra literarios de los grupos de poder económico – políticos del mundo. ¿No es este fenómeno un reflejo de la teoría del fin de la Historia adoptada por los seguidores del post modernismo en épocas de globalización?
En la política: En los países de las economías subalternas, los conceptos de Estado – nación y de soberanía se debilitan -aún más de lo que están- cuando estos países abren sus fronteras para dar paso a la globalización de los mercados alrededor de un centro hegemónico mundial o regional. El post modernismo propugna la reducción del Estado a su mínima expresión; sustenta el criterio que no tiene ideología porque ésta ha muerto. Pero, en realidad, tiene tendencia hacia la derecha. Considera que los dirigentes políticos deben ser sustituidos por gerentes o, es más, por máquinas computadoras para tomar decisiones.
La globalización de los modelos sociales y culturales. En la época actual, no estamos solamente inmersos en un proceso de globalización de los mercados y de las comunicaciones, de la “transnacionalización” de los mecanismos financieros y de la internacionalización de la producción de bienes y servicios. Estamos involucrados en un fenómeno más amplio: La globalización de los modelos sociales, culturales y educativos transmitidos por las naciones hegemónicas como paradigmas actuales para la comunidad humana.
La tendencia a la robotización del ser humano. Los habitantes del planeta Tierra estamos viviendo en una cultura tecnológica. ¡Esto es bueno! Esta cultura, puesta al servicio de la humanidad, puede servir para elevar a potencia las capacidades del individuo y, en consecuencia, de la sociedad; pero... En el caso contrario... Puede constituir la mejor técnica para “robotizar” al ser humano. Si no se humaniza a la ciencia y a la técnica, y con ellas, a los procesos de producción de bienes y servicios, en los próximos siglos habremos “desconstruido” los modelos y paradigmas de la post modernidad (en los países en donde existan) para inaugurar otra nueva era para un planeta de robots.
Conclusión
¿Cuál debiera ser la posición de los hispanoamericanos?
Actuar con base en la actitud investigadora y el sentido crítico sin oponernos a los cambios originados en la evolución.
a. Dentro de la post modernidad, debemos propugnar una ciencia y una tecnología al servicio de la humanidad y con respeto a los valores humanos: No los valores humanos al servicio del poder político universal.
b. Frente al avance de la post modernidad, es necesario descodificar los signo – claves que pueden estar contenidos en los escritos. Estudiar, con sentido crítico, las teoría sustentadoras en general y, de manera especial, la Filosofía básica de la teoría del fin de la Historia y del proceso económico mundial.
c. La post modernidad, si es considerada como una corriente evolutiva, debe reportar
beneficios para las naciones con los descubrimientos científicos y el desarrollo de la tecnología; pero... ¿Para cuáles naciones? ¿Para las naciones con hegemonía en los centros económicos o para las naciones de economías subalternas ubicadas en la periferia de los centros hegemónicos? Debemos tener claridad respecto de que la globalización que, en teoría, propugna la existencia de un solo bloque mundial está formando, en la práctica, bloques antagónicos que recurren a la lucha comercial para conquistar a los mercados y para preservar los mercados cautivos.
d. Debiera pensarse una filosofía moral. Esta Filosofía debiera propiciar la humanización de los procesos manejados por robots en la producción de bienes y servicios; humanizar la competencia entre las naciones hegemónicas provocativas de luchas por el dominio de los mercados mundiales: Una Filosofía que restaure la actitud moral a partir de los problemas confrontados por las naciones de economías subalternas y de todas sus secuelas. Entre éstas secuelas, las desigualdades económicas excesivas en sus estratos sociales y, como consecuencia, la provocación de violencia y de guerras internas. Esta Filosofía no debiera ser producto del pensamiento aislado de un filósofo o de una nación. En esta era de la globalización, debiera idearse una corriente de pensamiento global para un bloque globalizado de naciones de economías subalternas y culturas influenciadas por países extranjeros. Dentro de ese bloque, debiera incluirse a las naciones latinoamericanas en general y, en particular a las de pequeñas economías. Para concretar el objetivo, debiera organizarse congresos de Filosofía –con el apoyo de otras disciplinas sociales- en el nivel regional; pero no, congresos para turistas – pensadores sino para pensadores ejecutivos del Pensamiento: Congresos de aplicación práctica.

Aporte: Dr.  Eustiquio Aponte

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