jueves, 21 de marzo de 2013

Los paradigmas tecnológicos 2.1

El Reto de la Competividad
     Ser gerente hoy no es un oficio fácil, pero es ciertamente un oficio fascinante y un extraordinario reto. Se trata nada menos que de llevar a cabo una profunda transformación: pasar de un ambiente previsible a un ambiente de alta incertidumbre; de un mundo cerrado y protegido a un mundo abierto; de una empresa cuya rentabilidad dependía de factores externos a una empresa auténticamente competitiva. ¿Cómo emprender esa transformación? ¿Cuáles son los elementos cruciales y dinamizadores del cambio? Identificar el camino de la competitividad es la esencia del reto gerencial del presente.
     Son pocos los que todavía dudan que para ser competitivo en cualquier actividad productiva hace falta enfrentar la presente ola de cambios tecnológicos. Pero el aluvión de promesas asociado a la incorporación de equipos de computación, técnicas japonesas, paquetes de software como los de manejo y planificación de los recursos (MRP-II) o los sistemas de información y manejo gerencial (MIS) no siempre han llenado las expectativas; por el contrario, el número de fracasos - pocas veces francamente admitidos- es bastante bueno.
     Con esta preocupación, hace algunos años Ingersoll Engineers, una firma consultora inglesa, realizó un estudio entre empresas británicas para determinar el nivel de riesgo implícito en la incorporación de tecnología computarizada en la industria. Los resultados fueron poco menos que sorprendentes. El trabajo demostró la probabilidad de fracaso era mayor mientras mayor era el monto de la inversión en equipamiento moderno. Este resultado tiene muchas explicaciones posibles. Una de ellas es que las grandes inversiones tienden a requerir una curva de aprendizaje más larga que las pequeñas y el estudio puede haber capturado momentos en medio de procesos inconclusos. Sin embargo, se ha podido comprobar que parte de los fracasos tienen su origen en la obsolescencia gerencial. Ni las nuevas tecnologías, ni las nuevas técnicas organizativas pueden rendir sus potenciales frutos cuando se intenta incorporarlas en las viejas organizaciones rígidas. De allí que el éxito aparezca con mucha más frecuencia en las empresas que ponen el acento en la transformación organizativa.
     En efecto, el cambio tecnológico que está ocurriendo va mucho más allá de la sustitución de equipos o de la incorporación de innovaciones organizativas aisladas (como el control estadístico de procesos, los círculos de calidad, etc.). Se trata nada menos que del desmantelamiento de todo el edificio del viejo sentido común gerencial. En esencia, el reto actual de la competitividad no consiste en la selección de tecnologías o técnicas sino en la adopción de un nuevo sentido común (con el cual de paso se facilita el seleccionar bien entre las opciones tecnológicas).
   En virtud de adaptar esquemas tecnológicos  de manera gradual que no contribuyan al desmantelamiento de la estructura de recursos existentes en la organización, sino al cambio progresivo de los esquemas de trabajo dentro y fuera de la organización , que garanticen una mayor competitividad interna y externa de las empresas. 
     En este marco teórico es necesario considerar los  paradigmas tecnológicos existentes que se basan en la innovación y productividad, de igual manera las propuestas flexibles que tratan de cambios graduales en la organización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario